La Iglesia cristiana primitiva acostumbraba a anotar a los hermanos difuntos en la díptica, formada por dos tablas plegables, con forma de libro, con los nombre de los muertos por quienes se había de orar. Así mismo y desde sus inicios, los primeros cristianos también celebraron el aniversario de la muerte los mártires que se convertián en santos del martirio. Durante las persecuciones de Diocleciano el número de mártires llego a ser tan grande que la Iglesia, sintiendo que cada mártir debería ser venerado, señalo un día en común para todos.
Según el testimonio del cronista medieval Viduquindo de Corvey, en Alemania cerca del año 980, hubo una ceremonia consagrada a la oración de los difuntos el día 1 de noviembre, fecha aceptada y bendecida por la Iglesia.
El abad Odilo del monasterio de Cluny en el 980, añadió la celebración del 2 de noviembre como fiesta para orar por las almas de los fieles que habían fallecido, por lo que fue llamada “Conmemoración de los Fieles Difuntos”. De allí se extendió a otras congregaciones.
En los países de tradición católica europea, se celebra el 1 de noviembre como día festivo que venera a todos los santos, que no tienen una fiesta propia en el calendario litúrgico. Sin embargo la Iglesia Ortodoxa lo hace el primer domingo después de Pentecostés.
Durante la Reforma protestante, la celebración de los Fieles Difuntos fue fusionada con la de Todos los Santos por la Iglesia Anglicana. A pesar de la influencia de Lutero, que abolió esta celebración en Sajonia y de las penas eclesiásticas luteranas, sobrevive esta celebración en la Europa protestante.
EL DIA DE MUERTOS EN LATINOAMÉRICA
La llegada de los españoles a tierras americanas, supuso que, en el siglo XVI, la celebración cristiana del día de Todos los Santos se exportara, y se mezclara con las tradiciones europeas y prehispánicas, haciendo coincidir las festividades católicas del Día de todos los Santos y Todas las Almas con el festival similar mesoamericano, creando el actual Día de Muertos.
Es una festividad algo diferente a la de otros países de tradición católica. Incluye un Altar de muertos que consiste en una serie de adornos florales acompañados de la comida favorita del difunto; además de fotografías y otros detalles.
En las zonas andinas de Sudamérica, especialmente en Ecuador, Perú y Bolivia, la costumbre es preparar e intercambiar entre familiares y amigos las guaguas de pan para consumir con la chicha morada que en algunas áreas rurales son también ofrendas principales en los cementerios.
Por su parte, los musulmanes no celebran particularmente un día de culto a lo difuntos. Las oraciones por ellos se hacen en los funerales. Eso sí se conmemoran los aniversarios de su muerte y se recitan versos del Corán para alcanzarle al difunto una bendición especial.
Así que esta fiesta de origen pagano de homenaje a los difuntos es celebrada en muchos lugares del mundo y data de una antigüedad inmemorial, siendo gradualmente incorporada como la fiesta de los difuntos o de Todos los Santos en el ritual cristiano, pero que también se conoce con otros nombres Día de los muertos,-2 de noviembre en México-, noche de Samhain o Halloween.
El punto de encuentro de esta celebración son los cementerios que aumentan durante estos días enormemente su afluencia. Las tumbas de nuestros antepasados son adornadas, así como los sepulcros que se decoran con flores mortecinas para honrar su memoria, al tiempo que se reza por las almas de los que ya no pertenecen al mundo de los vivos.
Texto de Ampa Galduf/Arquehistoria